San Martín de Los Andes


Quiero comenzar este blog hablando sobre un lugar que me sorprendió de muchas maneras.  En el año 2013 había hecho un trabajo importante de traducción y me pareció oportuno regalarme mis primeras vacaciones.

No recuerdo cómo fue que elegí el lugar, sólo sé que después de algunas búsquedas por internet y algunos intercambios de correo, encontré una pequeña cabaña para alquilar bastante cerca del centro como para ir caminando cada día.

El lugar tiene la mezcla perfecta para conectarse con la naturaleza y con uno mismo: verde, madera, aire, agua, montaña, paisajes bellos, gente amable, helados y chocolates para tentarse y muchos rincones por descubrir.

No tenía mucho dinero para gastar, así es que mi visita guiada elegida fue en el Red Bus, que nos llevó por diferentes lugares, parando en sitios ideales para sacar fotos.


Me sorprendió la amabilidad, calidez y disponibilidad de la gente del lugar, pero por sobre todo me sorprendió la costumbre de los conductores de vehículos que se detienen en cualquier avenida o calle (incluso la ruta que ingresa a SMA) si hay un peatón listo para cruzar en la senda.

Todo el lugar parece sacado de un libro de cuentos.  Siempre tenía mi libreta conmigo, porque las musas se despertaban con el aire de las montañas y los aromas del lago.  Podía escribir en la cubierta de madera a la salida de las cabañas, en los senderos desde donde se divisa el lago o en la mesa de alguna chocolatería/heladería.


Creo que no disfruté todo lo que debería haber disfrutado, estaba demasiado ocupada en sentir lástima de mi misma por estar viajando sola (en nuestro país no hay ofertas turísticas para viajeros individuales), por no poder disfrutar con nadie y por haber tenido que pagar alojamiento en base doble cuando en realidad estaba yo sola.

Sin embargo, en esa soledad absoluta que descubrimos cuando todos a nuestro alrededor están acompañados, nació una de las primeras historias que luego formó parte de la Colección de Cuentos Terapéuticos: A Solas.

Aquel viaje fue en enero de 2014.  Han pasado más de 4 años y todo mi ser busca la manera de armas las valijas y encontrar un nuevo lugar donde descubrir experiencias nuevas y reencontrarme con mis musas.

Susannah
San Juan
Primavera que se siente como verano

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