Extranjera




Cada vez que una ciudad celebra su aniversario de fundación, me recuerda que vaya donde vaya, me siento extranjera. He vivido al menos en una docena de ciudades diferentes.

La mayoría de las personas recuerdan los nombres de sus compañeros de primaria, yo transité por 5 escuelas primarias y 3 secundarias.

Las personas adultas añoran su casa de la infancia, el número de casas donde he vivido, supera el número de escuelas y el de ciudades.

E.T. phone home! Fue mi añoranza durante mucho tiempo, de un planeta que no recuerdo.

Haber recorrido tantas rutas, ciudades y pueblos dentro de un mismo país te permite descubrir que hay muchas culturas, grupos étnicos y formas de vivir la vida en nuestra gran Argentina.

Uno aprende a empacar y desempacar en un sólo día, a mudarse con la misma facilidad que uno adopta  nuevo vestuario.

Uno sabe que nada es permanente, que las amistades florecen donde uno menos se lo espera, y que la distancia entre los afectos no se mide en kilómetros.

Será por eso que cada tanto, una estación de servicio, una terminal de ómnibus, una maleta o un mapa nos despierta las ganas de viajar.

Siempre tenemos necesidad de descubrir algo nuevo, vivir nuevas experiencias; porque sabemos más de viajar que de quedarnos en un sitio.

Quizá, en el fondo, siempre anhelamos encontrar un lugar que nos espere, nos célebre y nos reciba como ciudadanos cósmicos.

Susannah Lorenzo
Tejedora de Puentes
Viajera recurrente
Ciudadana del Universo

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